La enseñanza de la historia es indispensable para el conocimiento del ser humano viviendo en sociedad, enseñar el desarrollo histórico de los pueblos equivale entonces a ser conscientes, en primer lugar, de nuestra temporalidad, a situarnos en nuestra propia circunstancia histórica.
Enseñar el desarrollo histórico de los pueblos equivale entonces a ser conscientes, en primer lugar, de nuestra temporalidad, a situarnos en nuestra propia circunstancia histórica.
El conocimiento histórico, al reparar en las circunstancias que promueven el desarrollo de los individuos, las familias, los grupos o las naciones, nos lleva a percibir la singularidad de esos grupos, nos hace percatarnos de sus rasgos propios y de los lazos de identidad que los unen. El conocimiento histórico enseña que desde los tiempos más remotos los seres humanos se organizaron en grupos, tribus, pueblos y naciones dotados de un profundo sentimiento de solidaridad e identidad.
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